Buenos días a todos.
Ayer se escribió una
nueva página en la vida de mi pequeña, y es que teníamos cita en el trabajo de
mi marido con el mismísimo Père Nöel.
Hace no mucho escribía
sobre las cosas que echaba de menos de la tradición que había vivido como niña
en España, pero es de justicia que mencione algo que, por lo visto, aquí se
hace mucho (al menos en el trabajo del papá de la peque)
Al parecer, es
corriente que entre los centros de
educación secundaria, los profesionales que allá trabajan organicen una visita
de Père Nöel para los hijos de los mismos (para aquellos que quieran
participar, por supuesto, se invita a todo el personal). Cada uno pone una pequeña aportación pautada,
tanto económica como para la merienda de los niños.
Personalmente creí que
sería algo breve, que veríamos al típico Santa en su trono, que un duende
ayudaría a los peques a sentarse en sus rodillas para que les pudiesen o contar
lo que les habían pedido o para que les diesen sus cartas. La verdad es que
nosotros no íbamos preparados para eso…pero seguro que mi peque le haría saber
lo que quería.
Y fue una grata
sorpresa ver que se habían puesto una serie de sillas para que se sentasen los
papás y los peques de cara a un escenario. No había trona, ni santa, ni duende.
“A saber qué pasa”, pensé. También era sospechoso ver a un grupo de alumnos por
allí, todos vestidos de negro (en plan mimo) y sin que nadie les dijese nada. A
los cinco minutos de llegar, nos invitan a que nos sentemos todos y ¡que
empiece el espectáculo!
Parece que me lo
avisaron porque, si bien el otro día os recomendaba las fábulas De la Fontaine,
estos chicos representaron algunas de ellas. Como adolescentes que eran, las
hicieron “actualizadas”, pero fue muy divertido ver cómo los pequeños, incluso
los muy pequeños como era la mía (13 meses apenas), guardaban silencio, reían
ante las parodias y se involucraban en los relatos. Simplemente genial.
Estoy muy feliz por mi
hija, intentó jugar con algunos niños, pese a la evidente diferencia de edad
(sólo había 2 ó 3 niños más pequeños que ella, pero eran bastante más pequeños;
y los otros eran más mayores); no lloró con Père Nöel; le gustaron mucho sus
regalos (un puzle y un libro, genial, me encanta); y probó algunas cosas que
hasta la fecha no había hecho: bizcocho de yogur (debió gustarle porque nos
pedía un poquito más siempre)
Fue un gran día, ella
posiblemente no lo recordará como tal, pero seguro sí que se lleva una buena
sensación del mismo.
En mi colegio (francés) también nos hacían representaciones cuando eramos pequeños. Luego de mayores, nos tocaba a nosotros.
ResponderEliminarMe alegro que lo pasarais bien, y que la pequeña disfrutara. Estoy segura que cuando sea un poco más mayor, se lo contarás, y le gustará saber que hizo ella.
Besos!
Siii!! La verdad es que nos vino muy bien, llevamos una semana un poco asfixiante.
EliminarUn besote muy gordo!!