miércoles, 3 de octubre de 2012

Maternidad de oferta en el super

Día de compra


Este viernes toca hacer la compra (una vez al mes vamos a Figueres) y toca calentarse la cabeza con los ingredientes no perecederos que harán falta y los menús que podemos plantear (aquí el clima juega un papel importante…las ensaladas están muy bien, pero no calientan el estómago)

Pero ya no solo somos nosotros, ahora también juega un papel importante la alimentación de mi pequeña ¿qué alimentos que consume ya nos interesa traernos? ¿Qué otros alimentos le podemos introducir con respecto al ritmo de alimentación que le estamos dando? Con 11 meses recién cumplidos que tiene, come perfectamente distintas carnes y pescados; legumbres, verduras y frutas varias…

Creo que la alimentación de los bebes (o niños) hoy día es tema de preocupación de muchos padres (nos metemos en el ajo), pero en realidad es que tampoco hay una orientación precisa (que no sea la de las madres o abuelas, benditos consejos, ¿qué sería de mí sin ellos?) Al encontrarme en un país que no es en el que he crecido (y con marido perteneciente al mismo) hay cosas que me llaman terriblemente la atención. Darles cacao a los 8-10 meses, cereales a los 4, pastas y arroces a los 6, y abundante oferta de platos preparados para ellos (en concreto espaguetis con salsa boloñesa para los 2 años de edad)

Sinceramente, ¿para qué tanto? No digo que para determinadas etapas o momentos personales no sean útiles o prácticos, pero… Si bien es cierto que cada cual tiene sus circunstancias… 

Mi hija ya come el mismo guiso de patatas con carne que hago para nosotros, lo mismo que le preparo y congelo su papilla para la semana, son muchas horas de cocina pero también mucha ilusión y cariño puestos al hacerlo. ¿Pérdida de tiempo? Cierto es que quizás estaría mejor jugando con ella, o sentada con mi marido tranquilamente… pero entonces estaría renunciando a mi derecho de crítica cuando veo las evidentes problemáticas existentes entre los niños/adolescentes problemáticos. No digo que todos, pero seguro que entre ellos había algún padre que prefería sentarse mano sobre mano a ocuparse de estos menesteres.

La paternidad/maternidad no es descanso, es una lucha día a día, desde lo más absurdo como puede ser cocinar, pasando por poner lavadoras o darle charlas sobre actitud/sexualidad/drogas, preocuparte por qué estará haciendo/con quién estará, llegando hasta alegrarte por sus alegrías (su primera palabra, aprobado, carnet de conducir, su primer trabajo, su sueldo, etc).

Mi hija es mi vida, y por ella hago lo que sea, empezando por amarla. Te quiero.

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