Hoy me he despertado
haciéndome algunas preguntas, la principal era si mi hija acabará por poder
acudir a alguna guardería antes de los 3 años. Pero después surgieron algunas
más. Un ejemplo muy claro es el coche, la conducción.
¿Por qué serán tan duros en
España y tan suaves aquí? No sé a vosotros, pero cuando me examiné del
práctico, le pedía a todos los santos que no me tocase la viuda negra, que me
hacía falta el carnet para ir a la facultad. Por suerte para mí, tanto teórico
como práctico los aprobé sin mayor problema en un solo verano (contando con
agosto de por medio, que estaba cerrado tanto tráfico como la autoescuela), y
aunque hacen bastantes años ya (2004, por favor, como pasa el tiempo) y sólo he
tenido un percance (un “cojonato” me dio por detrás, saltándose semáforo y
línea continua, a más velocidad de la cuenta y con esposa embarazadísima,
parecía que había bebido…con razón decía que pagaba sí o sí), el día que empecé
a conducir en Francia casi me da algo.
En su mayoría, son muy
agresivos al volante, no entienden de intermitentes (esa cosa que hace tic-tac
si le das a la palanca, y que brilla alternativamente en la oscuridad), límites
o distancias de seguridad, y de las rotondas ni hablo, que después todo se sabe...
Mi marido me da la razón en
esto (de hecho sólo coge el coche cuando es más que estrictamente necesario),
pero me deja caer la perla que para nosotros es increíble el tema de los
gorrillas y los aparcamientos en doble y tercera fila…ahí se la doy yo jajajaja
Sinceramente, si venís a
Francia, dejad el coche en casa, coged los trenes, tranvías y metros, que
tienen unas redes fantásticas, que lo importante es volver.
Te ha faltado lo de la prioridad a la derecha, que sea en carretera o en el parking del super, siempre que nada indique otra cosa.
ResponderEliminarQue locura...
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