Buenos y calurosos días
de principios de otoño.
La verdad es que no se
a vosotros, pero lo que es a mí me fastidia terriblemente que todo mi tiempo
esté dedicado a labores del hogar. Ahora estoy mucho más organizada, pero he
pasado unos comienzos en los que no tenía tiempo ni de ir a orinar, entre que
mi cabeza estaba recién aterrizada y después que nuestra hija era muy pequeña…
Así pues, poco a poco
he ido encarrilándolo todo y haciendo que cada momento tenga su justo momento y
dedicación. Tampoco es que sea una ciencia exacta, ya que hay que ser flexible
y saber reaccionar cuando nuestra rutina se vea afectada por cualquier hecho.
El resultado es este:- De lunes a viernes: limpieza “superficial” del hogar (barrer, quitar el polvo y fregar) y hacer camas.
- Miércoles: limpieza de baño y aseo.
- Jueves: lavadora “adultos”.
- Viernes: lavadora hija. Nosotros seguimos poniendo una lavadora sólo para ella porque prácticamente la llena ella sola.
- Fines de semana:
Limpieza con mayor profundidad del hogar al completo (baño inclusive), plancha,
preparación menús de hija y el nuestro propio. Cambio de sábanas y toallas.
El peso de todo recae
en el fin de semana, pero no os preocupéis, al final se hace más ligero y rápido
de lo que se pueda creer. Durante la semana queda mucho tiempo para estar con
la pequeña, y el fin de semana la familia al completo. Por suerte, el horario
de mi esposo le deja algunos ratos por las tardes entre semana para estar con
la pequeña, lo que me permite ocuparme de cierto tiempo para mí misma.
Es cuestión de
organización.
Sobre la lavadora... Con mi hija mayor, cuando era bebé, sólo le poníamos la lavadora con su ropa, jabón especial... Y sí, la ropa se ha conservado bien, además de que hemos sido cuidadosas. Pero ahora, mezclamos toda la ropa, la de las niñas con la nuestra. Eso sí, es casi una lavadora día sí, y día no.
ResponderEliminarLa verdad es que no nos ha quedado más remedio que hacerlo así...si no, ¡nos come la montaña!
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