lunes, 8 de octubre de 2012

Un tuturebolutu en la cabeza

Nuevamente, leyendo diferentes blogs me vienen algunas ideas a la cabeza, y no sé por qué, la extraordinaria imagen de mi madre a la cabeza.


Por un lado tenemos “conciliación familiar”, “derecho al trabajo”, “trabajo digno” y “derecho al aborto”, y por otro lado tenemos mujer trabajadora a principio de los 80 (casi mediados) con 30 años.
La verdad es que se me ha juntado un “tuturebolutu” curioso en la cabeza. Bien es cierto que la constitución española dice que todos los ciudadanos tenemos derechos a un trabajo digno, sanidad, educación, y otras mil cosas que reconoce, así como la libertad de expresión y credo. Así como es cierto que todos tenemos derecho a ver crecer a nuestros hijos, a disfrutarlos, a que crezcan sanos y felices; también es cierto que tenemos derecho a un sueldo digno por nuestras horas de trabajo; y últimamente se está luchando por el derecho al aborto (este ya es un poco de la opinión de cada cual, pero hasta este punto estábamos todos de acuerdo, ¿no es cierto?)

Entonces, con todo eso en la mano yo me pregunto: si todos tenemos derecho a disfrutar de nuestros hijos en todo su esplendor, a llegar temprano a casa para poder jugar con ellos, verles tomar sus primeros alimentos (o darle el pecho)… ¿Qué pasa si surge una urgencia? El señor bombero/policía/médico/”ambulanciero”/empleado de banca, estarán con sus respectivas familias, ¿no? Si todos reducimos jornada laboral, nuestros sueldos se verán también reducidos no ¿no? (digo esto porque dudo que todas las empresas tengan puestos para dar a todos sus empleados en los que los horarios cuadren en la conciliación familiar.
Entonces ¿por qué no les dan más puntos a los solteros en las oposiciones? Sería del todo injusto, ¿no?

A ver, no penséis que soy una loca de la vida y que está soltando una burrada tras de otra. Simplemente me preguntaba cómo una mujer con apenas 30 años podía ocuparse de lavar, vestir, alimentar y velar por la salud de 3 criaturas de no muy diferente edad. Ella es mi madre y estaba sola, pero sola porque mi padre ha trabajado toda su vida en el turno de noche, todo para darnos una calidad de vida muy generosa.
Y creedme si os digo que ninguno de mis hermanos ni yo misma hemos crecido mal, ni hemos tenido falta de afecto, no hemos sentido un abandono del hogar por parte de ninguno de ellos. ¿Qué está pasando entonces? ¿Somos más débiles que ellos? ¿Su pasta era más dura?

Sinceramente no lo entiendo. Y la verdad es que me recuerda un poco a la historia del cinturón de seguridad. Tengo 29 años y son muchísimas las veces que hemos ido dando saltos (y volteretas) en el asiento trasero del coche, y ahora parece que si no te lo pones mueres en el acto.
Lo único que hay diferente es que hay muchos más coches circulando, así como muchas más las oportunidades que tenemos los seres humanos con respecto a nuestros padres. ¿Es la necesidad de disfrutar de la vida lo que se esconde detrás de nuestras peticiones? ¿La vida de nuestros padres/abuelos, en nuestra opinión, es menos plena que la de ellos?

Perdonadme todo este discurso, sobre todo porque no es de crítica a nadie, más bien de elogio a nuestros padres, seres con capacidad de superar limitaciones que dudo alguna vez más de uno se (o me) plantee.

Recibid un cordial saludo, ¡¡Feliz lunes!!

1 comentario:

  1. Para mi que se hacen muchas mas cosas ahora, y no siempre para mejor. Antes bastaba con salir a pasear a la calle con el niño, y todos pasabamos un buen momento. Pero claro, si hay que hacer tiempo para el facebook, el movil, la tele (y a veces mas cosas) en las agendas, ya no cuadra. Ya me reclama mi hija asi que... ciao!

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