La maternidad la entiendo
como la metamorfosis de la mujer, donde cambia mental, espiritual y sí,
físicamente. Personalmente la he disfrutado al máximo… cuando supimos el cambio
que nuestras vidas iban a sufrir… no me avergüenza decir que nos cogió
demasiado jóvenes, demasiado inocentes, pero no por eso menos deseada, hablo en
femenino porque era una niña.
Siempre he sido muy regular
en mis ciclos, y el hecho que se retrasase un día o dos, lo atribuí en un
principio al estrés por los preparativos de la boda (os hablo de un lunes del
mes de Febrero y nos casábamos el 1 de Julio) Cuando llevaba tres días de
retraso y se sumó dolores de mamas…empecé a atar cabos, pero no quería creer, no podía ser. Hablé con mi pareja y
compramos un test de embarazo, pero no lo hicimos entonces, “date tiempo” me
dijo él.
Esperamos hasta que llegó el
domingo por la tarde, y el predictor dijo claramente que estaba embarazada de 3
semanas (¡¡3 semanas!!) “No, no, no” decía mi cabeza, pero me entró un relax
físico, como si me hubiese dicho una verdad, como si se hubiese quitado un peso
de encima. No podía ser, esa cosa debía estar caducada… así que mi chico fue a
por otro predictor de otra marca… y no fue darle ni una gota de orina y ya daba
positivo. La verdad absoluta: íbamos a ser papás.
Mi chico me abrazó
emocionado, yo lloré emocionada también, pero también con cierta “culpa”,
porque “no era el momento”.
Llamé a mis padres, sin
saber cómo decirles claramente lo que pasaba, sobre todo porque hacían pocos
días que habíamos regresado de Sevilla, de elegir el traje de novia, de
arreglar papeles en los juzgados… Mi madre parece que sabía lo que le iba a
decir. Siempre me ha sorprendido lo que sabe, parece que me lea la mente.
Ya los pasos siguientes
fueron pedir cita con los médicos (en Caen y en Sevilla) para el seguimiento
del embarazo… y sí, tengo que hacer un post sobre el hospital de Caen
(Normandía) porque se lo merecen.
A los pocos meses nació la
alegría de mi vida, el ser más maravilloso que jamás he conocido, la buena
estrella que siempre me han dicho que tengo. Y aunque ya lo he dicho muchas
veces, ahora sé que el amor tienen nombre, se llama Lola.
me he vuelto a emocionar...
ResponderEliminar^^ así lo recordamos...;-)
EliminarBonitos recuerdos. Creo que cuando cualquiera de los papás o mamás aprende que va a ser padre o madre, es un momento que nunca olvida.
ResponderEliminarY es q es algo maravilloso ^^
EliminarMe he trasladado un poco a mi propia historia del embarazo, tiene similitudes :) Muy emotivo !!
ResponderEliminar@eleni_taa
^^ me alegra que te guste ^^ ahora lo veo en perspectiva y la verdad es que tampoco sabría cómo responder, pero la alegría sería plena (igual que la primera vez) ;-)
EliminarMe encanta :_) y ya me ha faltado la música de respiras y yo para llorar como una magdalena.
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